sábado, 19 de febrero de 2011

14. ORAR LA PALABRA


1.     La Palabra se hace oración

   Para el creyente, la lectura y el estudio de la Biblia no termina en un conocimiento mejor de los diversos libros, que nos presentan la palabra de Dios. La Palabra quiere entrar en el corazón y en  la vida del cristiano, desde una experiencia de fe.

    Por eso, el estudio de la Biblia no termina aquí. Porque la Biblia es el mensaje, la comunicación de Dios a nosotros y  el creyente  recibe el mensaje a través, sobre todo, de la oración.

  El cristiano debe convertir la Palabra en tema de constate diálogo orante con el Señor. Es más: hay que orar la Palabra, hay que dejar que la Palabra ore en nosotros. La Palabra sea la que impulse nuestros sentimientos en la oración  (Ver: Gal 4, 6; Rom 8, 15).

2.  ¿Qué es la lectura orante de la Palabra?

   Se la llama tradicionalmente lectio divina. Es un método muy antiguo y experimentado en la historia de la Iglesia. El Concilio Vaticano II lo ha recuperado y lo ha propuesto a los fieles.

   No es sólo una lectura. Es una proceso que nos lleva a la oración con la Palabra y desde la Palabra. Dios nos habla. y le respondemos con sus mismas palabras, convertidas ya en parte de nuestra vida.

   Se trata de encontrarnos con el que es la Palabra, el Verbo, la Palabra definitiva del Padre, Jesús de Nazaret. En él se centra todo el mensaje y eficacia de la Biblia. Él es el centro y la explicación de toda la Palabra de Dios.

   La lectura orante es, pues, el diálogo de oración (alabanza, acción de gracias, petición de perdón y petición de gracias) entre Dios y el creyente, por medio de la Palabra. Dios habla a través de su Palabra. y el orante le responde en la oración.

 3.  Pasos de la lectura orante de la Palabra
               
1. Lectura   (Qué dice el texto bíblico, qué mensaje tiene esta Palabra)

·         Leer el texto de la Biblia, despacio. Volver a leerlo.
·         Se puede leer también otro textos parecidos.
·         Es conveniente leer además algún comentario que nos ayude a entender mejor el texto.
·         Hay modos sencillos de captar el mensaje. Como preguntarnos:
-          qué personas intervienen en este pasaje.
-          qué dicen, qué hacen.
-          qué actitudes reflejan.

2.   Meditación   (Qué me/nos dice esta Palabra)

·         Asumida la Palabra, la tenemos que digerir, rumiarla.
·         Es la reflexión sobre el mensaje de la Palabra.
·         Nos preguntamos:
-          qué criterio y valores me/nos enseña la Palabra.
-          qué situación se daba entonces, cuando se realizó esta acción o se pronunció estas palabras.
-          qué situación existe hoy entre nosotros, parecida a aquella de entonces.
-          qué me/nos dice la Palabra para la actual situación.
-           
3.  Oración   (Qué respuesta damos al mensaje de la Palabra)

·         Si Dios nos ha hablado con su Palabra, nosotros. le respondemos con la oración.
·         Si la Palabra ilumina nuestras zonas de pecado, oramos pidiendo perdón.
·         Si la Palabra nos enseña a leer nuestra historia, la oración se hace acción de gracias, porque es historia de salvación.
·         Orar la propia vida, iluminada por la Palabra.
·         La Palabra es: encuentro y diálogo. 

4.   Contemplación  (Simplemente estar con el Señor)

·         Llamen en la oración y se les abrirá en la contemplación (Guido el Cartujo).
·         Es la cumbre de la experiencia con el Señor, que nos habla.
·         Es la fascinación ante el rostro del Señor, como quien pierde la vista, el oído, el pensar.
·         Doblo mis rodillas ante el Padre... Así podrán comprender, junto con todos los creyentes, cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, un amor que supera todo conocimiento; de esa manera los desbordará la plenitud misma de Dios (Ef  3 , 14 y 18-19).

5.   Discernimiento   (Qué es lo que Dios quiere de mí) 

·         Discernir es proyectar el mensaje de la Palabra a mi/nuestra vida.
·         Preguntarnos: ¿Qué quieres, Señor, que haga?
·         Recibimos la luz desde la Palabra, para ver qué tenemos que hacer: actitudes, palabras, sentimientos, acciones, valores, criterios...
·         Ver y relacionar la Palabra con los signos de Dios: los signos de los tiempos.
·         Relacionar: Palabra-vida, vida-Palabra.

5. Comunicación   (Qué me dice Dios por medio de los demás y qué me dice Dios para los demás)

·         Es comunicar los ecos que la Palabra ha resonado en mi interior.
·         Es compartir con otros la luz y fuerza de la Palabra.
·         En un clima de oración. No, de discusión.
·         Escuchar la voz de Dios es imposible sin escuchar a los demás, particularmente el grito de los oprimidos, de los marginados, de los pobres despreciados, de los enfermos (8. Haring).
·         El auténtico encuentro con Dios nos lleva al encuentro con los hermanos.

7. Acción-decisión (Qué compromiso hago/hacemos)

·         La Palabra la hemos de llevar a la vida, para transformar la realidad (personal, familiar, social, eclesial).
·         La vida cotidiana es el banco de prueba de nuestra sinceridad y respuesta a la Palabra.
·         Es la hora del compromiso y testimonio de vida. La hora de hacer los propósitos. 

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