sábado, 19 de febrero de 2011

13. LA LlTURGIA: LUGAR DE LA PALABRA

Texto bíblico: Heb 10, 1-10. 

1. Ambientación


    La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo. Pues, sobre todo, en la Liturgia nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de la vida que ofrece la mesa de la Palabra y del Cuerpo de Cristo (Dei Verbum 21).

    Magníficamente está expresado en este texto del Concilio Vaticano la relación íntima entre la Palabra y la Eucaristía. La Iglesia siempre ha venerado la Palabra de Dios. Pues, aunque en otros tiempos se celebraba la Misa y los sacramentos en latín, lengua que el pueblo no entendía, sin embargo, en la celebración se proclamaba la Palabra, se la explicaba y, a veces, también se la leía en la lengua vernácula.

   Es la misma Mesa donde la Iglesia  nos presenta  estos dos alimentos necesarios para la vida de los cristianos: la Palabra y la Eucaristía La finalidad de la Eucaristía no es estar expuesto el Santísimo, sino asumirla en comunión. Así también, ése es el sentido y la finalidad de la Palabra. No sólo ser expuesta o proclamada, sino ser asumida.

2. Vemos la realidad

·         ¿Cómo viven los cristianos que conocemos esta relación íntima entre Palabra y Eucaristía?

·         ¿Piensan que la Palabra se realiza en la celebración? ¿Piensan que la Palabra tiene la eficacia que tuvo en la ocasión histórica que nos ha recordado la lectura?

·         ¿En qué consiste esa unión íntima entre Palabra y Sacramento? Lo veremos en este tema.

3. Leemos la Palabra de Dios (Leer el texto señalado)

Explicación

   Este texto de la carta a los Hebreos contempla a Cristo como sacerdote definitivo. Él con su entrega a la muerte, realiza, de una vez para siempre, la ofrenda agradable al Padre y salvación de los hombres.

   Y el autor de esta carta resalta, sobre todo, el valor de la ofrenda personal de Jesús: Aquí vengo para hacer tu voluntad. Es lo que da validez a su entrega, a su muerte y a su sangre: realizar la voluntad del Padre.

   Y esta demostración de la ofrenda de Jesús, la hace el escritor sagrado con la Palabra de Dios, la del salmo 40 (39). Palabra y ofrenda de Jesús van unidas.


 Reflexión

a.     La mesa única de la Palabra v de la Eucaristía

   El Vaticano II nos lo dice en el texto citado arriba. La Palabra y la Eucaristía constituyen un solo acto. No se puede pensar ni preguntar: Si llegando al ofertorio se oye Misa. Está fuera de sentido ese modo de pensar. Porque toda la Misa forma una sola unidad: la Palabra y la Eucaristía (sacramento). Y en el sacramento se realiza lo que la Palabra ha proclamado.

   No se puede celebrar la Liturgia si no se lee o se proclama la Palabra de Dios. Y en las celebraciones más solemnes, se rodea a la Palabra (Leccionario) con gestos de veneración: procesión de entrada con el Leccionario, incensación y beso del libro por parte del diácono o sacerdote, después de haberlo cantado o proclamado.

   No hay que separar ni menos oponer Palabra-Sacramento, porque los dos se complementan. Los dos hacen viva la presencia del Señor. La Palabra dice y el Sacramento realiza lo que la Palabra ha proclamado.
En la Palabra proclamada es el mismo Jesucristo el que habla. Y en la Eucaristía (o el sacramento que se celebra), el mismo Jesucristo hace lo que antes ha proclamado a través de su misma Palabra.

b.     La Palabra en la Liturgia

1. Convoca la asamblea: llama a cada cristiano desde su situación personal y le convierte en asamblea litúrgica.

1.     Evoca:  recuerda y hace presentes las maravillas de Dios en la historia de la salvación. La Liturgia es memoria viva, actualiza lo que ha hecho Dios por la salvación del pueblo.

2.     Provoca: una respuesta en cada fiel y en toda la asamblea.

      La asamblea responde: Amén, amén (Neh 8, 6). Haremos cuanto nos ha dicho el Señor (Ex 24, 3).

      La asamblea acepta y acoge en su corazón y en su vida cuanto ha escuchado: Hágase en mí según tu Palabra (Lc  1, 38).

c.  La Palabra en la Liturgia: pasado, presente v futuro

   En la Liturgia, la asamblea se descubre como el Pueblo de Dios, heredero de las promesas del Antiguo Testamento y del mandato de Jesús: Hagan esto en memoria mía. El mismo Cristo, a la asamblea litúrgica, la constituye en pueblo sacerdotal, regio y profético (1 Pe 2, 9).

   La salvación obtenida por Jesucristo se presenta ahora en la celebración de la Liturgia, a través de la Palabra y del Sacramento. Es el lugar por excelencia donde se realiza y se aplica la salvación para cada fiel, que la acoge con fe.

   La Liturgia nos apunta al futuro, donde se realizará plenamente nuestra salvación. La celebración, en cierta manera, anticipa el futuro. La comunidad se reconoce como pueblo peregrinante hacia lo definitivo, no desconocido, sino revelado y que se entrevé en esperanza.

   En la misma celebración de la Misa se va expresando tal acontecimiento, presente en este momento: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús  

   Es la respuesta de la fe que resume todo lo que la asamblea, presidida por el sacerdote, está realizando. Es la respuesta al Misterio de la fe, presente en toda la celebración, pero principalmente en la consagración.

   La Palabra ocupa, pues, un lugar privilegiado en la celebración de la Liturgia. y dicha Palabra se actualiza de diferentes modos, como:

·         origen y causa de la convocación de la asamblea,

·         realidad actuada en la esperanza de que los fieles acojan la salvación y

·         realidad celebrada, con la presencia de Cristo que salva.

   La Palabra, se puede decir, es sacramento, porque:

·         hace el sacramento; sin Palabra no hay sacramento;

·         indica el modo o aspecto en que actúa y es eficaz el sacramento.

   Esto lo entendemos cuando pensamos que la Palabra es eficaz en el sentido en que ella se manifiesta y quiere que sea acogida por el cristiano. Así, la Palabra es eficaz cuando  provoca en el oyente: actitudes de alabanza, arrepentimiento, superación de sus pecados, crecimiento en el amor de Dios y del prójimo, etc...

3.     Dialogamos y confrontamos nuestra realidad a la luz de la Palabra

·         ¿Cómo hemos entendido este tema? ¿Se hace dificil? ¿Nos damos cuenta de la importancia de la Palabra en la Liturgia?

·         ¿Cómo vamos entendiendo nosotros: la Palabra en la Liturgia? ¿Cómo la vivimos?

·         ¿Qué sugerencias podemos presentar para vivir mejor esta realidad que celebramos: Palabra y Sacramento?

·         ¿Qué sugerimos para nuestra comunidad parroquial? ¿Qué podemos hacer para animar a otros a participar en nuestros grupos y celebraciones?

·         Como estamos terminando esta primera parte de Introducción a la Biblia, ¿qué vamos a hacer como grupo de hoy en adelante? ¿Queremos seguir estudiando la Biblia? ¿Cuándo, dónde, cómo? Concretamos lo más posible.


5.  Nos comprometemos

·         Éste es el momento de concretar todos nuestros compromisos, para ver qué hacemos en adelante.

·         Cada uno de los que hemos participado en esta reuniones, ¿a qué nos comprometemos? Como grupo, ¿queremos seguir en este estudio, reflexión.. sobre la Biblia?

6.   Juntos oramos

·         Cada uno, en una pausa de silencio, dé gracias al Señor por este regalo de comenzar a disfrutar de la Palabra de Dios. Haga en su interior el compromiso que le pide el Señor. Puede manifestarlo a los del grupo.

·         Podemos elevar nuestras oraciones espontáneas, pidiendo al Señor que respondamos a su llamado, para profundizar más y mejor en el tesoro de la Palabra. Recemos esta oración al Espíritu Santo:


Ven, Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
te abro la puerta,
entra en la celda pequeña de mi propio corazón.
Llena de luz y de fuego mis entrañas,
como un rayo láser opérame de cataratas,
quema la escoria de mis ojos
que no me deja ver la Luz.

Ven.
Jesús prometió que no nos dejaría huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura, por este sendero.
Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.

Te necesito en mi noche,
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.

Tú que eres viento,
sopla en el rescoldo y enciende el fuego
que arda la lumbre sin llamas ni calor.

Tengo la vida acostumbrada y aburrida,
tengo las respuestas rutinarias, mecánicas, aprendidas.

Tú. que eres viento, enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento, empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante de leer la Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo en la Palabra.

Oxigena mi sangre al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, barre, limpia el polvo,
llévate lejos todas las hojas secas
y todas las flores marchitas de mi propio corazón.

Ven, Espíritu Santo, acompáñame en esta aventura
 y que se renueve la cara de mi vida
ante el espejo de la Palabra.
Agua, fuego, viento, luz.
Ven, Espíritu Santo. Amén.


FICHA DE AUTO-EVALUACIÓN

{Ponga una señal debajo de V o F, si cree que la afirmaci6n propuesta es verdadera o falsa}

1.     Podemos afirmar que la Iglesia ha venerado siempre la Escritura como
      ha venerado la Eucaristía.....................................................................................................   V     F 

2.     La finalidad de la lectura de la Palabra es tan sólo para ser escuchada

       piadosamente por los oyentes..............................................................................................  V     F

3.     Toda la celebración de la Misa forma una unidad. Por tanto, no importa
      mucho el no escuchar la Palabra cuando es proclamada.....................................................   V     F

4.     Se puede afirmar que no hay mucha relación entre la Palabra y el
     Sacramento, ya que los dos tienen su eficacia .....................................................................    V     F

5.     La finalidad de la Palabra en la Liturgia sólo es para hacernos recordar lo
      que Jesús hizo por nuestra salvación....................................................................................   V     F

6.     La Palabra en la Liturgia hace memoria del pasado y lo actualiza para la
      salvación de los cristianos que participan en la celebración..................................................   V     F

7.     La Palabra en la Liturgia convoca y reúne a la asamblea para prepararla
      a recibir la gracia del Sacramento..........................................................................................    V     F

8.     La Liturgia, al presentar los textos de la Escritura, tiene la única intención
     de que los fieles aprendan el ejemplo y testimonio de los creyentes que
     en tal texto aparecen .......................................................... ...................................................     V      F

9.    La Liturgia transforma en Palabra viva el texto escrito de la Biblia ......................................      V     F

10.  La única actitud adecuada del cristiano ante la Palabra es abrirse al mensaje
       que nos ofrece el texto de la Escritura...................................................................................      V     F

0 comentarios:

Publicar un comentario