sábado, 16 de abril de 2011

DOMINGO DE RAMOS


MONICIÓN DE ENTRADA
Paz  y bien. Hemos llegado a la Semana Santa, en la que la Iglesia nos invita a seguir de cerca los pasos de Jesús en sus últimos días, comenzando con su entrada festiva en la ciudad de Jerusalén.  Preparemos nuestro corazón en esta Eucaristía para sintonizar espiritualmente con Él. Queremos participar de su gloria y de la vida eterna que nos ofrece, por ello, como el pueblo judío, lo aclamamos como nuestro Rey y Señor.

Monición a la primera lectura – Isaías 50,4-7
En el siguiente pasaje del profeta Isaías se nos recuerda la actitud de Jesús, siempre dispuesto a llevar a cabo la voluntad de Dios, sin dejarse asustar por las amenazas de sus enemigos. Escuchemos.

Monición al Salmo 21
Recordamos en este salmo a Jesús en la cruz, rodeado de sus enemigos y sintiéndose también abandonado de su Padre. Con él decimos: ¿Dios mío Dios mío, por qué me has abandonado?

Monición a la segunda lectura – Fil 2, 6-11
Brevemente se describe en el siguiente pasaje de san Pablo ese gran misterio de humildad y de amor, que fue la encarnación de Cristo, para ofrecer su vida en obediencia por nuestra redención.

Monición a la Pasión – Mt 26, 14-27, 1-66
Escucharemos ahora con reverencia y admiración el relato de la pasión y muerte de Jesús. Que estos sucesos vayan penetrando profundamente en nuestro corazón para entrar en el gran misterio de amor, que motiva los misterios de esta semana santa.

PRECES DE LOS FIELES
Sacerdote: Llenos de admiración ante el amor infinito de Dios y deseando corresponder al mismo, dirigimos a El confiadamente nuestras preces.

Por la Santa Iglesia, para que en estos días sea instrumento fiel de la misericordia de Dios hacia todos sin distinción. Oremos.

Respuesta: Señor, escucha y ten piedad.

Por todos los que ostentan autoridad en la sociedad, para que sean también fieles en la administración de la justicia hacia todos. Oremos.

Por los que se sienten sumidos en el vicio o en el pecado, para que al celebrar de nuevo los misterios de nuestra redención, despierte en ellos la esperanza para rehacer sus vidas. Oremos.

Por nuestra comunidad parroquial, para que, inspirados por el amor de Cristo, que nos amó hasta el extremo, trabajemos por crear una verdadera familia de hermanos en la fe. Oremos.

Sacerdote: Dios y Padre nuestro, que a través de tu Hijo Jesucristo, nos has mostrado el camino de la vida y del amor, acoge estas intenciones y necesidades para que podamos gozar en abundancia de los frutos de la redención. Por Cristo nuestro Señor.

Monición de salida
Si hemos entrado con Cristo en Jerusalén y lo hemos aclamado como nuestro Rey y Señor, volvamos a nuestra vida, fortalecidos por su presencia y su Espíritu, para ser testigos de su Reino.


 

0 comentarios:

Publicar un comentario