"Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos" Mt 5, 1-12. La primera de las bienaventuranzas, proclamadas por Jesús. El vivir desprendido de todo -es la pobreza de espíritu- es liberar nuestro ser para que Dios nos comparta sus bienes espirituales.
lunes, 10 de junio de 2013
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