viernes, 3 de junio de 2011

MONICIONES

FIESTA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Ambientación general
Paz y bien. La Ascensión del Señor al cielo, que hoy celebramos, es la fiesta de la glorificación de Cristo como Señor nuestro, para que derrame sobre la Iglesia y el mundo la abundante riqueza de la salvación. Con este deseo y esta esperanza celebramos la Eucaristía de este día.

Monición a la 1ª lectura – Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
Nos ofrece el pasaje de los Hechos de los Apóstoles, que vamos a escuchar ahora, un breve resumen de la vida de Jesús con dos misterios culminantes: la promesa del Espíritu Santo y la ascensión de Jesús al cielo. Escuchemos atentamente.

Salmo 46
Unamos nuestras voces y nuestros corazones para aclamar con este salomo a Cristo como Rey supremo del universo.

Monición a la 2ª lectura –Efesios 1, 17-23
En el pasaje de san Pablo que vamos a escuchar, nos expone el apóstol la grandeza de nuestra vocación, relacionada con el gran misterio de Cristo glorificado.

Monición al Evangelio – Mateo 28, 16-20
Nos recuerda este breve relato del evangelio la despedida de Jesús y la misión que encomendó a los Apóstoles y en ellos a la Iglesia. Escuchemos.

Reflexión homilética
La Ascensión de Jesús es su entronización en el cielo con la gloria que tenía como Hijo de Dios.
Jesús ha concluido su misión en este mundo y es hora de que se manifieste al mundo en su gloria como Hijo de Dios, como Salvador y Señor.
Pero su misión como redentor de la humanidad lo ha unido a nosotros de tal manera que todos sus misterios redundan en beneficio nuestro.
Creer, por tanto, en Jesús es creer que él es nuestro Señor y Salvador y que toda nuestra vida nos vendrá de él. Ha sido constituido Señor para que todo el que crea en él tenga ya definitivamente vida eterna. Por ello, al dejar este mundo, encomienda a los apóstoles seguir adelante su misión evangelizadora.


Preces de los fieles
Sacerdote: La glorificación de Cristo, como primogénito de la humanidad, nos invita a abrir nuestro corazón a la gracia y benevolencia de Dios.

Respuesta: Padre bueno, escúchanos.
-Por toda la Iglesia, en la Jerarquía y en el pueblo santo, para que sea fiel a su misión evangelizadora. Oremos.
-Por toda la humanidad, para que reconociendo la soberanía de Cristo, pueda gozar de la justicia y de la paz de su reino. Oremos
-Por todos los que viven en nuestro mundo sin conocer su dignidad de hijos de Dios y sumidos en el vicio o en el pecado. Oremos.
-Por todos los que celebramos esta fiesta de Cristo glorificado, para que seamos espejo de su gloria e instrumentos de su salvación. Oremos.
Sacerdote: Dios Padre, te pedimos que acojas benignamente estas intenciones para que en nosotros y en el mundo se haga realidad la abundante gracia de la  salvación de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Monición de envío
Como los apóstoles, llevemos también nosotros en el corazón, la misión que Jesús encomendó a su Iglesia al subir al cielo: “Vayan y proclamen la buena nueva hasta los últimos rincones del mundo”, recordando que yo estaré con ustedes todos los días.



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