sábado, 3 de noviembre de 2012

MONICIONES DEL DOMINGO


DOMINGO XXXI T.O. – B    -  AÑO DE LA FE -

 

Monición inicial

Paz y bien. Nos recuerda la Palabra de Dios hoy que Cristo es sacerdote eterno, que renueva su poder salvador constantemente entre nosotros. Por ello, la Iglesia nos invita cada domingo a celebrar este memorial de su gracia y de su amor. En este año de la Fe, que nuestra celebración de la Eucaristía nos guíe a celebrar el amor de Dios, como fundamento y fuerza constante de nuestra fe.

 

Monición a la 1ª. Lectura –  Dt 6, 2-6

Escuchemos cómo nos describe la siguiente lectura el sentido que tiene para el pueblo de Israel, y para nosotros igualmente, el guardar los preceptos de Dios, hacer su voluntad.

 

Monición al salmo 17

Como respuesta a lo proclamado en la lectura, el salmo nos invita a proclamar nuestra fe en Dios y a bendecirlo por su presencia protectora entre nosotros.

 

Monición a la 2ª lectura – Hb 7, 23-28

El siguiente pasaje de la carta a los Hebreos nos describe a Jesucristo como nuestro sacerdote ante Dios, que nos salva, y está siempre ofreciéndonos la salvación. Escuchemos.

 

Monición al Evangelio – Mc 12, 28-34

Con palabras claras nos recuerda el pasaje evangélico de hoy el mandamiento del amor, que vale más que todas las demás ofrendas que queramos ofrecer a Dios.

 

PRECES DE LOS FIELES
Sacerdote
: Confiando plenamente en Dios, que nos ha enseñado el camino de la vida en el amor y en la observancia de sus mandatos, le dirigimos nuestras intenciones.

Respuesta: Padre nuestro, escucha nuestra oración.

-        Por la Iglesia, para que como Madre y Maestra en la fe, no guíe este año por los caminos de la verdad para crecer en el amor y en la fe. Oremos.

-        Por las autoridades civiles, para que protejan la paz y la seguridad de todos los ciudadanos en México y en todo el mundo. Oremos.

-        Por todos los que sienten sobre sí el peso de sus pasiones y limitaciones humanas, para que encuentren en Cristo el apoyo y la compasión que necesitan. Oremos.

-        Por todos nosotros, que celebramos el amor de Dios en la Eucaristía, para que nos sintamos fortalecidos y renovados en el amor a Dios y al prójimo. Oremos.

Sacerdote: acoge favorablemente nuestras intenciones para que todo podamos gozar en abundancia la gracia de Cristo nuestro sacerdote eterno. Por Cristo N. Señor. Amén.

 

Monición de envío: renovados con la confianza de tener a Cristo como el sacerdote, capaz de salvarnos cada día de nuestras limitaciones y pecados, volvemos a nuestra vida con el ánimo y el deseo de ser testigos del amor a Dios, que llena todos los anhelos del corazón humano.

 

 

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