"Ustedes los fariseos -dijo Jesús- limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad..." Lc 11, 37-41. Ahí está la diferencia: el mundo nos educa en las apariencias, Jesús nos invita a cuidar el corazón.
martes, 11 de octubre de 2011
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