sábado, 14 de mayo de 2011

MONICIONES

DOMINGO IV DE PASCUA – A

MONICION DE ENTRADA
Paz y bien. Nuestra Eucaristía quiere ser hoy la oportunidad de sentir y celebrar la cercanía y el celo salvador de Cristo por cada uno de nosotros. La imagen del pastor, aplicada a Dios en el salmo responsorial  y a Cristo en el evangelio nos describe bajo diferentes matices, el amor inmenso y admirable que llevó a Dios a darnos a su Hijo y a éste a dar su vida por nosotros, que ahora celebramos con agradecimiento en nuestra Eucaristía.

MONICION A LA 1ª LECTURA – HECHOS 2, 14.36-41
En palabra de san Pedro vamos a escuchar que la palabra de Dios ha de producir en nosotros un deseo de hacerla vida, sobre todo sabiendo que es buena nueva de salvación.

MONICIÓN AL SALMO  22
Hagamos nuestra la oración del salmo 22, que nos invita a poner toda nuestra confianza en Dios, que como buen pastor, nos protege y conduce por caminos seguros.

MONICIÓN A LA 2ª LECTURA – I PEDRO 2, 20-25
Nos invita san Pedro en su carta a seguir los pasos de Cristo, particularmente en la disponibilidad a sacrificarnos por los demás, si es necesario. Escuchemos.

MONICIÓN AL EVANGELIO – JUAN 10, 1-10
A través de la imagen del pastor, nos inculca el pasaje evangélico el celo de Cristo por nosotros, para que vivamos en la verdad y en la seguridad,  por la que é ha dado su propia vida.

PRECES DE LOS FIELES
Sacerdote: Confiando plenamente en el amor que ha llevado a Cristo a dar su vida como buen pastor por nuestra salvación y felicidad eterna, presentamos nuestras intenciones.
Respuesta: Padre bueno, escúchanos.
-Por todos los pastores del pueblo de Dios en la Iglesia, para que sean solícitos como Cristo del bienestar de todos los miembros de la Iglesia. Oremos.
-Por todos los que gobiernan las naciones para que también ellos piensen y procuren ante todo el bien de sus ciudadanos. Oremos.
-Por todos los que, como ovejas sin pastor, vagan por la vida sin amor y sin sentido, para que Dios les haga sentir su amor y providencia. Oremos.
-Por todos nosotros, para que, agradecidos a la vida abundante que Dios nos da en la Iglesia, correspondamos haciendo de nuestra vida un constante servicio a los demás. Oremos.
Sacerdote: Dios y Padre bueno, que con solicitud y cariño miras por todos tus hijos, acoge estas intenciones para que cada día sintamos más este amor en nuestras vidas y lo sepamos compartir con nuestro prójimo más necesitado. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Monición de envío: Vayamos, fortalecidos  con el amor que Dios nos ha compartido,  en busca de todos aquellos que, como ovejas descarriadas, necesitan en nuestra sociedad, quizá en nuestra familia, del amor solícito de Dios en sus vidas.

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