jueves, 24 de marzo de 2011

DOMINGO III DE CUARESMA - A

MONICIONES PARA LA MISA

Monición de entrada
Paz y bien. Hoy la liturgia eucarística nos recuerda el gran misterio del amor de Dios, que da sentido y fuerza a la vida del ser humano; sin embargo, tendemos a llenar nuestro corazón con otros amores y otras seguridades. Ojalá que, como la mujer samaritana, de la que nos habla el Evangelio de hoy, estemos abiertos a dejarnos adoctrinar por la palabra de Dios y a hacer de esta Eucaristía un encuentro con Cristo, que garantice el verdadero sentido de nuestra vida.

1ª Lectura - Ex 17, 3-7
En la primera lectura se nos narra el conocido relato del pueblo de Dios, que en el desierto se ve amenazado por la falta de agua. Eso les hace dudar de si Dios está de su lado. Escuchemos.

Salmo 94
La Palabra de Dios, como nos dijo, Jesús el primer domingo de cuaresma, es un alimento espiritual con múltiples frutos. Pedimos en el salmo ahora que estemos siempre atentos para beneficiarnos de esta gracia y aliemento.

2ª Lectura – Rm 5, 1-2.5-8
San Pablo nos dice con palabras claras que Dios está empeñado en que experimentemos su amor. Nos ha dado a su Hijo y puesto en nuestros corazones su Espíritu. Escuchemos cómo él nos lo explica.

Evangelio - Jn 4, 5-42
En el siguiente relato se describe la experiencia de alguien que busca la felicidad y el sentido de la vida sin éxito hasta que tiene la oportunidad de encontrarse con Cristo.

Reflexión homilética
El amor, la felicidad y los medios para conseguirlos son los temas que desarrollan los pasajes bíblicos de nuestra Eucaristía.
Como ejemplos se presenta al pueblo de Israel y a la mujer samaritana. Ambos se debaten entre su fe y sus propias limitaciones para conseguir que Dios satisfaga y responda sus inquietudes y necesidades.
La respuesta a todo ello la podemos encontrar en el mensaje que se da en la segunda lectura: Dios ha derramado su amor en nuestros corazones por medio de su Espíritu, que se nos comunicó en el bautismo. Allí nosotros recibimos también el agua que “salta hasta la vida eterna”, la vida hacia la que caminamos en la preparación para celebrar el misterio pascual.

PRECES DE LOS FIELES
SACERDOTE: Puesto que necesitamos la luz y la fuerza para no desviarnos del camino de la verdadera vida, que Dios nos ofrece en su Hijo Jesucristo, nos dirigimos a Él con toda confianza.
Respuesta:  Escucha, Señor, nuestra oración.

- Por la santa Iglesia de Dios, para que a través de todos sus miembros, particularmente de su Jerarquía, guíe al mundo hacia el agua que pueda satisfacer nuestra sed de vida. Oremos.
- Por las autoridades civiles, para que se sientan más responsables  de quienes más sufren por satisfacer las necesidades básicas de la vida. Oremos.
- Por todos aquellos que no alcanzan a satisfacer sus necesidades vitales de alimento, educación, vivienda y amor. Oremos.
- Por  todos  nosotros para que en esta Cuaresma sepamos aprovechar las oportunidades que Dios nos da para llenar nuestros corazones de su amor y felicidad. Oremos.

SACERDOTE: Dios y Padre nuestro que has hecho una historia de amor  para cada uno de nosotros, escucha nuestra oraciones para que seamos fieles a esa historia y designio de salvación. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Monición de envío.
Hemos escuchado que la mujer samaritana, llena de alegría y felicidad por el encuentro con Jesús, salió a compartir esta experiencia con su gente. Que su ejemplo nos inspire a compartir con los que estén en nuestros derredor  lo que Dios nos ha regalado en esta Misa.

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