viernes, 11 de marzo de 2011

1 DOM CUARESMA – ciclo A – (Mt 4, 1-11)

1. INVOCA
·         El Señor nos va a decir su mensaje en la lectura y meditación de su Palabra. Preparamos nuestro ánimo y los materiales necesarios para la oración: Biblia, hoja, cuaderno de apuntes...
·         Sobre todo, hacemos el silencio exterior (ausencia de ruidos) y el interior (ausencia de ocupaciones y preocupaciones).
·         Vamos invocando al Espíritu con el canto Veni, Sancte Spiritus.

2. LEE LA PALABRA DE DIOS (Mt 4, 1-11) (Qué dice la Palabra de Dios)

 

Contexto litúrgico

·         Comenzamos el tiempo fuerte litúrgico de la Cuaresma. del ciclo A.
·         Cuaresma es el itinerario hacia la Pascua. Más que un tiempo de hacer “penitencias”, es un tiempo de conversión. Miramos y caminamos hacia la Pascua de resurrección. Tiempo de salir de nuestras rutinas y perezas. Tiempo de cambio en nuestro modo de entender la vida en el Espíritu, la espiritualidad cristiana. Conversión a la vida total, confianza, optimismo, alegría, que el Resucitado nos ofrece.
·         Nos convertimos a la historia de salvación, que Dios quiere ir realizando con los humanos. Y esta historia de salvación aparece, en un resumen rápido, en el texto del Evangelio de este domingo. La historia de salvación tiene en cuenta la tentación.

 

Contexto bíblico

·         La tentación que sufre el mismo Jesús es reflejo de nuestras tentaciones. Y también, antes, es reflejo y síntesis de las tentaciones del primer hombre Adán y de todo el pueblo de Israel. Ellos sucumbieron a las tentaciones. En cambio, Jesús, el nuevo Adán (el nuevo Hombre, la nueva Humanidad), salió victorioso de todas las tentaciones. Y consiguió para toda la humanidad una redención espléndida y copiosa. Cuanto más se multiplicó el pecado, más abundó la gracia (Rom 5, 20).

 

Texto

·         No es válido interpretar este texto de un modo literal. Pues, nos colocaría en un mundo de ciencia-ficción: el diablo que agarra a Jesús y lo lleva de un lado a otro.
·         Es un texto muy elaborado literariamente. Y hay que descubrir (como en todos los textos) su mensaje teológico. Nos describe un panorama de todas las tentaciones que Jesús sintió a lo largo de su vida. Este relato no es una crónica o historia de unos hechos exteriores. A través de esta relato, queremos descubrir la lucha interna que tuvo Jesús a lo largo de sus existencia terrena para ser fiel al Padre.
·         Jesús siempre experimentó la tentación de ser un Mesías milagrero y triunfalista. Ésta fue la tentación más fuerte y difícil que Jesús tuvo que soportar hasta el final de su vida. Leamos a Mt 27, 39-44. La prueba de que era Hijo y Mesías, de que Dios estaba con Él era que bajara de la cruz. Así pensaban los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos.
1. Las tentaciones
·         Primera tentación. (vs. 3-4) (Tentación de Poseer). Ante un mesianismo materialista, que satisfaga las necesidades corporales del hombre, Jesús opone la Palabra que presenta un nivel superior de vida  y aspiraciones en sintonía total con la Palabra.
·         Segunda tentación. (vs. 5-7). (Tentación del Placer). Ante un mesianismo triunfalista, milagrero y de éxito, Jesús, como Siervo, opone la disponibilidad y fidelidad al Padre.
·         Tercera tentación. (vs. 8-10) (Tentación del Poder). Ante la tentación del dominio y del aplauso, y de constituirse “señor y dios”, Jesús declara el señorío absoluto de Dios.
2. Jesús, un Mesías diferente
·         A diferencia de Moisés, que contemplará desde el monte Nebo toda la tierra (Dt 34, 1ss), Jesús es el nuevo Moisés que nos promete y nos consigue la verdadera tierra de la promesa, que es Él mismo.
·         Los cuarenta días y cuarenta noches de Jesús en el desierto (Mt 4, 2) son un número simbólico:
o    40 días y noches duró el diluvio universal (Gn 7, 17);
o    40 días permaneció Moisés en el monte dentro de la nube (Ex 24, 18);
o    40 años fueron los que anduvo el pueblo de Israel por el desierto (Sal 95, 10);
o    40 días caminó el profeta Elías por el desierto hacia el monte Horeb (Sinaí) (1 Re 19, 8);
o    40 días/años es toda una vida o período largo en el que sucede algo fundamental.
·         Jesús es el Hombre-Dios que llena todos los tiempos y los convierte en tiempos de salvación.
3. Tentaciones de ayer, de hoy  y de siempre
·         Las tres tentaciones que sufrió Jesús son las típicas de cualquier persona y más, de aquel que quiere seguir a Jesús con toda entrega.
·         También nosotros nos dejamos arrastrar por esas tentaciones: tener (poseer) en vez del ser; placer (corrupción, injusticia, la vida fácil...) y poder (dominio de los demás).
·         Jesús opone a las tentaciones otros criterios y otras normas:
o    No pueden servir a Dios y al dinero (Mt 6, 24);
o    El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir (Mc 10. 45);
o    Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él le darás culto (Mt 4, 10).
·         Jesús rechaza las tentaciones con al Palabra de Dios en el corazón y en la boca.

3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
·         ¿Cuáles son mis tentaciones más fuertes: dinero, ambición vanidad, soberbia, sensualidad, insensibilidad ante el dolor ajeno? ¿Qué hago por superarlas y enfrentar otros valores según el Evangelio? ¿La Palabra de Dios está en mi corazón y en mi boca?

4. ORA (Qué le respondo al Señor)
·         La súplica más humilde y confiada es la que nos enseñó el mismo Jesús: No nos dejes caer en tentación.
·         Dale gracias a Jesús porque Él es nuestra fuerza para vencer cualquier tentación.
·         Ábrete a confiar totalmente en Él. Pues, la pero tentación es el no confiar en Él.

5. CONTEMPLA
·         A Jesús, que sale vencedor de la tentación a lo largo de su vida. Él es nuestra fortaleza.
·         A ti mismo, débil. Pero tu fortaleza es la del Señor. Cuando me siento débil, entonces es cuando soy fuerte (2 Cor 12, 10). Todo lo puedo en Cristo que me da la fuerza (Flp 4, 13).

6. ACTÚA
·         Concreta tus buenos propósitos para resistir a las tentaciones. Sobre todo, en orden a crecer en la confianza y fortalece en Jesús. Repite con frecuencia: No nos dejes caer en la tentación.

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