sábado, 9 de junio de 2012

Moniciones domincales

DOMINGO X DEL TIEMPOR ORDINARIO – B



MONICIÓN DE ENTRADA

Paz y bien. Favor de apagar sus celulares. Con este domingo entramos en una larga serie de domingos del tiempo ordinario, en los que vamos a seguir el ministerio de Jesús con el Evangelio de san Marcos. En éste se presenta el misterio del mal, disfrazado de un reto para probar que su ministerio está apoyada por el Espíritu de Dios. Por ello, sus criterios sobre las relaciones con las personas son tan diferentes, como lo escuchamos en el día de hoy. Abramos nuestro corazón para que nos renueve con su presencia sacramental en esta Eucaristía.



MONICIÓN A LA 1ª. Lectura – Gn 3, 9-15

Escuchemos con atención el relato del Génesis, que nos explica cómo entra el pecado en la historia de la humanidad.



MONICIÓN AL SALMO 129

En el salmo penitencial que vamos a proclamar, se expone la experiencia de quien se siente pecador frente a la gran misericordia de Dios.



MONICIÓN A LA 2ª. LECTURA – II Cor 4, 13-5,1

Frente a la realidad de nuestra fragilidad y condición como humanos y pecadores, san Pablo nos invita a tener esperanza en los valores trascendentes, sobre todo en Cristo resucitado, garantía de nuestra resurrección.



MONICIÓN AL EVANGELIO – Mc 3, 20-35

Se presenta en el relato evangélico de hoy la lucha que se dio durante  el ministerio de Jesús entre el bien y el mal y cómo incluso sus parientes se llegan a alarmar por las cosas que dicen de él. Escuchemos.



PRECES DE LOS FIELES

Sacerdote: Unidos en nuestra fe en la providencia de Dios, que quiere que todos gocemos de su vida, la vida que nos da en su hijo Jesucristo, le presentamos nuestras intenciones.

Respuesta: Padre bueno, escúchanos.



-Por la Iglesia, para que sea el signo y medio de vida y esperanza para nuestro mundo, víctima del engaño del pecado y del mal. Oremos.

-Por las autoridades civiles de todo el mundo, para que sean fieles en su servicio a la sociedad, frente a las injusticias en las que nos sume el poder del mal. Oremos.

-Por todos los que sufren en nuestro mundo, víctimas del mal, que domina muchas instituciones humanas y encuentren en Cristo y los suyos una esperanza de progreso en el bien. Oremos.

-Por todos nosotros, para que la esperanza que Cristo nos ofrece nos impulse a trabajar siempre por un mundo de más justicia y fraternidad. Oremos.



Sacerdote: acoge Padre bueno, estas intenciones que son fruto de nuestra esperanza y de nuestra confianza en ti y en tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.



Monición de envío

Conscientes de que Cristo ha vencido el mal y el pecado y ha establecido entre nosotros el Reino de los cielos, vayamos a nuestra vida con esperanza, a dar testimonio de su poder salvador, que es superior a todos los males que nos puedan amenazar.

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