sábado, 11 de julio de 2015

MONICIONES


DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO

PAZ Y BIEN

La palabra de este domingo nos invita a mirar nuestra vida sobre el fondo ecológico de la naturaleza, de la creación, que en palabras de san Pablo “va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios”.

Se nos pone como ejemplo de la eficacia de la gracia y de la salvación de Dios al agua, que fecunda la tierra, y a los campos, que, según cómo se los cultive, producen frutos en mayor o menos cantidad. Comencemos nuestra celebración abriendo nuestro corazón a la Palabra de Dios, que se nos ofrece hoy como medio e instrumento del encuentro fecundo de la gracia divina con cada uno de nosotros.

 

Monición a la 1ª lectura – Isaías 55, 10-11

Con la imagen del agua nos recuerda brevemente el profeta Isaías la fuerza santificadora de la Palabra de Dios, abramos a ella nuestro corazón.

 

Salmo 64

Conscientes de que la Palabra de Dios es tan fecunda como el agua, que hace germinar la tierra con variedad de frutos, oramos con el salmo diciendo: SEÑOR, DANOS SIEMPRE DE TU AGUA.

 

Monición a la 2ª lectura – Romanos 8, 18-23

Si en el capítulo tercero del Génesis Dios le dice al hombre que la tierra producirá espinas y abrojos a consecuencia del pecado, nos dice ahora san Pablo que esa creación admirable de Dios espera que vivamos de nuevo en el orden de la voluntad y proyecto divinos  para que también ella pueda ser regenerada.

 

Evangelio – Mateo 13, 1-23

La primera parte del discurso parabólico de Jesús nos ofrece con detalle este misterio de la Palabra de Dios, que tiene ese poder regenerador y salvador, y que san Juan nos anuncia en su evangelio al presentarnos a Jesús como la Palabra de Dios encarnada, que nos da la gracia y la verdad.

 

PRECES DE LOS FIELES

Sacerdote: Con la confianza de que Dios quiere que su Palabra y su gracia germinen en nosotros con frutos de santidad, dirigimos a él nuestra oración.

 

Respuesta: Señor, fecúndanos con tu gracia.

-Por la santa Iglesia, para que sea el campo fecundo, donde germinen los dones del Espíritu para bien de toda la humanidad y de toda la creación. Oremos.

-Por todos los países del mundo, para que gocen todos de ese plan admirable de Dios, que todo lo hizo bueno, un plan donde experimentemos su providencia amorosa. Oremos.

-Por todos los más necesitados de la humanidad, para que experimenten en su vida el remedio a sus necesidades por medio de una sociedad más justa y solidaria. Oremos.

-Por todos nosotros, que celebramos estos misterios de gracia y salvación, para que experimentemos su fecundidad espiritual en una vida en que se manifieste la gloria de los hijos de Dios. Oremos.

 

Sacerdote: Confiados en tu voluntad salvadora, ponemos ante ti estas intenciones con la esperanza de que las fecundes con tu gracia.

 

Monición de envío:

Los campos del mundo están sedientos del agua de la palabra y del alimento de la gracia de Dios; volvamos a nuestra vida sintiendo el privilegio y la responsabilidad de ser sembradores de la vida de Dios que hemos recibido.

 

 

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