DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO
PAZ Y BIEN
La palabra de este
domingo nos invita a mirar nuestra vida sobre el fondo ecológico de la
naturaleza, de la creación, que en palabras de san Pablo “va a ser liberada de
la esclavitud de la corrupción para compartir la gloriosa libertad de los hijos
de Dios”.
Se nos pone como
ejemplo de la eficacia de la gracia y de la salvación de Dios al agua, que
fecunda la tierra, y a los campos, que, según cómo se los cultive, producen
frutos en mayor o menos cantidad. Comencemos nuestra celebración abriendo
nuestro corazón a la Palabra de Dios, que se nos ofrece hoy como medio e
instrumento del encuentro fecundo de la gracia divina con cada uno de nosotros.
Monición a la 1ª lectura – Isaías 55, 10-11
Con la imagen
del agua nos recuerda brevemente el profeta Isaías la fuerza santificadora de
la Palabra de Dios, abramos a ella nuestro corazón.
Salmo 64
Conscientes de
que la Palabra de Dios es tan fecunda como el agua, que hace germinar la tierra
con variedad de frutos, oramos con el salmo diciendo: SEÑOR, DANOS SIEMPRE DE
TU AGUA.
Monición a la 2ª lectura – Romanos 8, 18-23
Si en el
capítulo tercero del Génesis Dios le dice al hombre que la tierra producirá
espinas y abrojos a consecuencia del pecado, nos dice ahora san Pablo que esa
creación admirable de Dios espera que vivamos de nuevo en el orden de la
voluntad y proyecto divinos para que
también ella pueda ser regenerada.
Evangelio – Mateo 13, 1-23
La primera parte
del discurso parabólico de Jesús nos ofrece con detalle este misterio de la
Palabra de Dios, que tiene ese poder regenerador y salvador, y que san Juan nos
anuncia en su evangelio al presentarnos a Jesús como la Palabra de Dios
encarnada, que nos da la gracia y la verdad.
PRECES DE LOS FIELES
Sacerdote: Con la confianza de que Dios quiere que su Palabra y
su gracia germinen en nosotros con frutos de santidad, dirigimos a él nuestra
oración.
Respuesta:
Señor, fecúndanos con tu gracia.
-Por la santa
Iglesia, para que sea el campo fecundo, donde germinen los dones del Espíritu
para bien de toda la humanidad y de toda la creación. Oremos.
-Por todos los
países del mundo, para que gocen todos de ese plan admirable de Dios, que todo
lo hizo bueno, un plan donde experimentemos su providencia amorosa. Oremos.
-Por todos los
más necesitados de la humanidad, para que experimenten en su vida el remedio a
sus necesidades por medio de una sociedad más justa y solidaria. Oremos.
-Por todos
nosotros, que celebramos estos misterios de gracia y salvación, para que
experimentemos su fecundidad espiritual en una vida en que se manifieste la
gloria de los hijos de Dios. Oremos.
Sacerdote: Confiados en tu voluntad salvadora, ponemos ante ti
estas intenciones con la esperanza de que las fecundes con tu gracia.
Monición de envío:
Los campos del
mundo están sedientos del agua de la palabra y del alimento de la gracia de
Dios; volvamos a nuestra vida sintiendo el privilegio y la responsabilidad de
ser sembradores de la vida de Dios que hemos recibido.
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