sábado, 7 de febrero de 2015

MONICIONES

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO - B Ambientación general Paz y Bien. La misión del profeta es hablar y actuar en nombre de Dios. Dios es amor y nos envió a su Hijo Jesucristo para encarnar este amor en nuestra historia humana. Vamos a ver a un Jesús que se hace todo para todos y alterna la atención a los enfermos con sus ratos de oración y la proclamación de la Buena Nueva por toda la región de Galilea. Abramos nuestro corazón al misterio que vamos a celebrar para que, como aquellos que convivieron con Jesús, tengamos nosotros la gracia de experimentar su cercanía y su bondad sanadora. Monición a la 1ª lectura – Job 7, 1-4. 6-7 Este personaje misterioso de la Biblia, que es Job, probado en su fe y confianza en Dios, expresa la fragilidad e inseguridad de la vida humana y en medio de esa situación acude a Dios. Salmo responsorial: Salmo 146 Frente a la pequeñez e insuficiencia humanas, el salmo nos invita a reconocer y a alabar a un Dios que está cerca de nosotros, a un Dios que, a pesar de su inmenso poder y sabiduría, se acerca a nosotros para sanar los corazones heridos. Por ello, podemos cantar: Alabemos al Señor, nuestro Dios. Monición a la 2ª lectura – Iª Carta a los Corintios 9, 16-19.22-23 En línea con la misión de Jesucristo, que pasa su vida haciendo el bien y predicando el Evangelio, san Pablo nos comparte ahora su inquietud y su labor evangelizadora. Monición al Evangelio: Marcos 1, 29-39 El texto que vamos a escuchar en el relato evangélico nos presenta la imagen de Jesús como el profeta que habla y actúa en nombre de Dios, hecho solicitud y bondad hacia todos. PRECES Jesús encontraba siempre tiempo para su oración por muy ajetreado que se encontrara. Inspirados por su ejemplo, presentamos a Dios nuestras inquietudes y las necesidades de nuestro mundo. Respuesta: Padre, escúchanos. - Por la Iglesia, Madre y Maestra de los creyentes, para que se encarne en las realidades de necesidad y penuria del mundo y anuncie incansablemente y con valentía la Buena Nueva del Evangelio. Oremos. - Por los gobernantes del mundo, para que se sientan responsables de procurar la justicia, la paz y el bienestar de todos. Oremos. - Por todos los más necesitados de nuestra sociedad, particularmente por quienes no tienen trabajo, por los enfermos y ancianos, para que sientan cerca la presencia confortadora de Dios en quienes estamos cerca de ellos. Oremos. - Por todos los que nos consideramos discípulos de Cristo, para que sintamos y vivamos la urgencia de ser evangelizadores y solidarios con quienes nos necesiten. Oremos. Que Dios, lleno de compasión y bondad, se digne acoger benévolamente estas oraciones, expresión de nuestra confianza en Él. Por Cristo nuestro Señor. Monición de envío San Pablo nos ha compartido su inquietud evangelizadora con las palabras: “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!”. Llevemos también con nosotros esta sana inquietud, que nos haga testigos eficaces de Jesucristo por medio de nuestros afanes de la semana.

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