Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porqué el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos". Mc 2, 18-22 Estas palabras nos invitan a renovarnos constantemente con una formación adecuada al tiempo y a las circunstancias.
lunes, 19 de enero de 2015
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