San Marcos: 1, 40-45 "En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Si quiero: sana!". Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio". Confianza: "si tú quieres". Y Dios siempre quiere curarnos, sanarnos, darnos vida.
jueves, 15 de enero de 2015
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