DOMINGO XXX DEL T.O. – C AMBIENTACION GENERAL Paz y bien, favor de apagar sus celulares. Jesús reprochó, como lo escucharemos en el Evangelio, la actitud del fariseo que hacía oración sintiéndose con derechos ante Dios por sus obras virtuosas; alabó, en cambio, la actitud humilde del publicano que se sintió necesitado de la misericordia de Dios. Acerquémonos espiritualmente a celebrar este misterio de fe, que es la Eucaristía, sintiendo nuestra necesidad de conversión y de que Dios nos llene con su gracia y su perdón. Monición a la primera lectura - Eclo 35, 15-22 En esta primera lectura se expone el tema principal del día: la oración. Sobre todo que Dios acoge las oraciones de los humildes y necesitados. Escuchemos. Monición al sal 33 El salmo nos invita a proclamar lo que nos acaba de recordar la primera lectura y a bendecir al Señor porque está cerca de sus fieles. Monición a la segunda lectura - II Tim 4, 6-8.16-18 San Pablo nos comparte que en medio de las pruebas por las que ha pasado en su ministerio, el Señor ha estado cerca de él y lo ha fortalecido para perseverar. Monición al Evangelio – Lc 18, 9-14 En una de las más conocidas parábolas, Jesús nos enseña una de las actitudes básicas para acercarnos a Dios y para respetar a los demás. Escuchemos. PRECES DE LOS FIELES Sacerdote: inspirados por la enseñanza de Jesús en el día de hoy sobre cómo hemos de orar, expresamos humildemente nuestras necesidades ante nuestro Dios y Padre. Respuesta: Padre bueno, escúchanos. - Por la Iglesia, nuestra madre y maestra, para que en la celebración de los misterios de la fe sea inspiración para todos en el modo de dirigirnos a Dios. Oremos. - Por todos los que tienen sobre sí la autoridad de los países, para que sean humildes servidores de los intereses y necesidades de sus ciudadanos. Oremos. - Por todos los que son relegados y despreciados por la sociedad por razones de género, de clase, de poder económico, de religión o raza, para que sientan en sí la fuerza de la dignidad que Dios les ha conferido. Oremos. - Por todos nosotros, para que sintamos la responsabilidad de reconocer a todos sus derechos. Oremos. Sacerdote: Dios Padre bueno, que nos has creado a tu imagen y semejanza, acoge estas oraciones, que nos hagan ser más de tu agrado y semejantes a Jesús, tu hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén. AVISOS MONICIÓN DE ENVÍO Renovados por la gracia de Dios y fortalecidos por su amor, volvamos a la vida cotidiana con el deseo de honrar a todos, reconociendo la dignidad que Dios les ha dado, como a hijos suyos.
sábado, 26 de octubre de 2013
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