sábado, 12 de octubre de 2013

MONICIONES

DOMINGO XXVIII DEL T.O. AMBIENTACIÓN GENERAL Paz y bien. Nuestra eucaristía dominical es la acción de gracias que la Iglesia eleva a Dios por la historia de salvación que Él ha llevado a cabo por la humanidad. Pero la mejor forma de agradecer a Dios sus beneficios es corresponder a ellos, abriendo nuestro corazón a su gracia y a su voluntad. Con este espíritu nos disponemos ahora a participar activamente en nuestra eucaristía. MONICIÓN A LA 1ª LECTURA – 2 Reyes 5, 14-17 En el breve relato que vamos a escuchar se pone de relieve el agradecimiento que brota espontáneamente de reconocer en nuestra vida la obra de Dios. Escuchemos. MONICIÓN AL SALMO 97 Nos invita este salmo a reconocer la razón de nuestro agradecimiento a Dios: él nos ha mostrado siempre su amor fiel y permanente. MONICIÓN A LA 2ª LECTURA – 2Tim. 2, 8-13 Brevemente nos describe san Pablo el mensaje del evangelio que él predica y que merece todo su esfuerzo, su amor y la entrega de su vida. MONICIÓN AL EVANGELIO – Lucas 17, 11-19 A través del pasaje evangélico que vamos a escuchar, Jesús nos inculca sencillamente la necesidad de ser agradecidos. Escuchemos. PRECES DE LOS FIELES Sacerdote: Conscientes de que toda la historia de la humanidad es una historia de gracias de parte de Dios, nos dirigimos a él con un corazón agradecido diciendo: Respuesta: Te pedimos, Señor. -Por la Iglesia, nuestra Madre, que nos administra los misterios de la salvación en los sacramentos y con tu Palabra. Oremos. -Para que usemos con agradecimiento los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance en el cosmos y en la sociedad para nuestro progreso y satisfacción de nuestras necesidades. Oremos. -Por quienes se sienten relegados de la sociedad, para que sientan la providencia de Dios cercana a sus vidas. Oremos. -Por nuestra comunidad parroquial, para que con agradecimiento celebremos cada domingo la Eucaristía. Oremos. Sacerdote: Acoge, Dios Padre bueno, estas peticiones que elevamos a ti por medio de la eucaristía en unión con tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, Amén. MONICIÓN DE ENVÍO Hemos experimentado la generosidad de Dios hacia nosotros a través de esta Eucaristía; llevemos en nuestro corazón la inquietud espiritual de vivir esta semana unidos a Cristo, haciendo de nuestra vida una comunión constante con la voluntad de Dios.

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