viernes, 9 de marzo de 2012

MONICIONES DEL DOMINGO

DOMINGO III DE CUARESMA



Ambientación general

Paz y bien. Este domingo nos invita a mirar más de cerca a Cristo en el misterio de su muerte. El nos anuncia que aunque sus enemigos destruyan su cuerpo, le quiten su vida corporal, resucitará al tercer día. Por ello, san Pablo nos recuerda que el mensaje que la Iglesia proclama es que Cristo, a través de su muerte en cruz, fue constituido nuestro salvador. Y éste es el misterio que vamos a celebrar ahora en la Eucaristía.



Monición a la primera lectura - Éxodo 20, 1-17

En esta primera lectura se recuerda lo que constituye el corazón del culto del pueblo de Israel: el decálogo que gira en torno al culto a su único Dios, que los libró de la esclavitud. Escuchemos.



Salmo 18

Un breve pasaje del salmo nos explica la riqueza que nos ofrece la palabra y las enseñanzas de Dios; se nos invita a proclamar que en ellas encontramos el camino a la vida eterna.



Monición a la segunda lectura - I Corintios 1, 22-25

En breves palabras nos proclama san Pablo la riqueza de vida y de sabiduría que Dios ha encerrado en el misterio de la cruz de Cristo. Escuchemos.



Monición al Evangelio – Juan 2, 13-25

A través del conocido pasaje evangélico de Jesús echando a los vendedores del templo de Jerusalén, se anuncia la muerte y resurrección de Cristo, por medio de las cuales se destruirá y reedificará el verdadero templo de Dios, que es el cuerpo y la persona de Jesús.



Reflexión homilética

-Ante todo se nos recuerda el misterio de la Cruz, que está en el centro de todas las celebraciones cuaresmales y en el centro de todo el misterio de la salvación, llevada a cabo por Cristo.

-Se pone también de relieve que todo va ordenado al culto que debemos a Dios, el culto que se describe en los tres primeros mandamientos.

-Por ello, la conversión cuaresmal nos orienta a esa comunión total con Dios, amándolo sin condiciones y dándole todo porque somos suyos. Nuestra vida podría ser como el templo profanado de Jerusalén, que Jesús trata de purificar, si no damos a Dios el lugar que le corresponde. Para ello, echemos mano de la sabiduría y del poder de Dios, que brotan de la cruz.



PRECES DE LOS FIELES

Sacerdote: El mensaje de la Palabra de Dios nos ha invitado a abrir nuestro corazón a Dios, para que la fuerza santificadora de la cruz de Cristo encuentre en nosotros un corazón bien dispuesto.

Respuesta: Señor, escúchanos y ten piedad.

-Por la jerarquía de la Iglesia y por todos los cristianos, para que seamos celosos por hacer de la Iglesia la morada de Dios, donde se proclame y se viva la sabiduría y la fuerza salvadoras de la cruz de Cristo. Oremos.

-Por los líderes de las naciones, para que trabajen desinteresadamente por la promoción y bienestar de sus ciudadanos. Oremos.

-Por todos los más necesitados de nuestra sociedad y de nuestro mundo, para que la sabiduría de Cristo y su gracia salvadora iluminen sus vidas. Oremos.

-Por todos los queremos celebrar los misterios salvadores de Cristo, para que comprendamos cada día más el misterio de su cruz. Oremos.

Sacerdote: Dios y Padre nuestro, mira con benevolencia las oraciones que te hemos dirigido para que podamos gozar la abundante gracia de la redención de Cristo. Por C. N. Señor. Amén.



Monición de envío

Sigamos el camino cuaresmal acercándonos cada vez más a la cruz de Cristo, que iluminará nuestras vidas y nos comunicará la fuerza para ser sus testigos en nuestra sociedad.

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