sábado, 3 de septiembre de 2011

MONICIONES DOMINICALES

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO


Monción de entrada

Paz y bien . La celebración de la Eucaristía es la manifestación de nuestra comunión con Cristo y con los hermanos en la Iglesia y la familia es el lugar donde mejor podemos vivir esta experiencia.  La palabra de Dios hoy nos recalca  esta gracia y esta responsabilidad. Pongamos toda nuestra atención y participación para renovarnos en este gran misterio de comunión con la Iglesia y entre nosotros.

MONICIÓN A LA 1ª LECTURA – Ezequiel 33,7-9

¿Somos responsables y del bien y del mal de nuestro prójimo? ¿En qué forma? Escuchemos atentamente lo que nos dice esta primera lectura.

Monición al salmo 94
Con el salmo que vamos a rezar ahora pidamos estar atentos a la voz de Dios, que nos habla de tantas maneras.

MONICIÓN A LA 2ª LECTURA – Romanos 13, 8-10

Todas las responsabilidades que podemos tener frente a nuestro prójimo dependen de una clave fundamental que nos explica san Pablo en esta segunda lectura. Escuchemos.

MONICIÓN AL EVANGELIO – Mateo 18, 15-20

Nos explica san Mateo en este pasaje evangélico dos rasgos fundamentales de nuestra vida eclesial: la corrección fraterna y la oración en comunidad. Escuchemos.

PRECES DE LOS FIELES
Sacerdote: Somos conscientes de la gran responsabilidad que llevamos con nosotros al aceptar vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, por ello ahora nos dirigimos a él en oración.
Respuesta: Padre nuestro, escúchanos.
-         Por la Iglesia, para que sea la comunidad donde todos nos sintamos hermanos. Oremos.
-         Por las autoridades civiles, para que promuevan la convivencia pacífica, basada en la justicia y la equidad. Oremos.
-         Por todos los que son víctimas de las guerras, discriminaciones e injusticias en la comunidad humana. Oremos.
-         Por todos nosotros, particularmente en nuestra parroquia, para que tomemos personal y responsablemente la tarea de “ser uno con todos para que el mundo crea”. Oremos.
Sacerdote: Dios de bondad, que a todos nos amas como a tus hijos, acoge estas intenciones para que tu Palabra eche profundas raíces de unidad en nuestras vidas. Por Cristo N. Señor.


MONICIÓN DE ENVÍO
Hemos celebrado nuestra comunión con Dios y con la Iglesia en esta Misa, ahora el Señor nos invita a seguir en esta forma nuestra vida, y nos da la clave del amor, en el que se resumen todos los demás mandamientos.


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