"Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar" Mc 9,41-50. ¿Quién puede decir, ante estas palabras: mi vida es mi vida, yo hago con ella lo que quiero?
jueves, 27 de febrero de 2014
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