DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIÓN DE ENTRADA
A medida que el hombre va perdiendo el sentido de lo religioso en nuestra sociedad, cada vez más secularizada, quiere tener pruebas de la existencia de Dios, incluso cuestiona su existencia. La Misa de hoy nos invita a entrar en este misterio, en el misterio de la presencia y actuación de Dios en la historia humana; actuación y presencia que hemos de saber descubrir y apreciar en las circunstancias más variadas de nuestra propia historia. Con este deseo nos disponemos a participar activamente en la Eucaristía.
Monición a la 1ª lectura – I Reyes 19, 9.11-13
Este famoso episodio, que vamos a escuchar en esta lectura, nos invita a estar atentos a las circunstancias de la vida y de la historia como posibles signos de la presencia y actuación de Dios.
Monición al Salmo 84
El verdadero creyente no necesita manifestaciones admirables de Dios, como en el caso de Elías que acabamos de escuchar; la suave brisa de la misericordia de Dios, que pedimos se derrame sobre nosotros, será una prueba fundamental de su presencia.
Monición a la segunda lectura – Romanos 9, 1-5
El celo que san Pablo manifiesta por los judíos, que han desaprovechado tantas oportunidades de salvación y de gracia, puede ser un punto de referencia para motivar nuestra actividad apostólica ahora y siempre. Escuchemos.
Monición al Evangelio – Mateo 14, 22-33
El episodio evangélico que vamos a escuchar es muy significativo en un tiempo en que sentimos la inseguridad por todos lados y el miedo en muchas ocasiones ¿Qué circunstancias influyen en ello?
PRECES DE LOS FIELES
SACERDOTE: Con nuestra oración, acerquémonos al Señor, que de modo misterioso se hace presente entre nosotros, y expresemos nuestras intenciones llenos de confianza en su providencia.
Respuesta: Muéstranos Señor tu misericordia.
Por la santa Iglesia en todos sus miembros, para que sea signo de Dios en nuestro mundo. Oremos.
Por la humanidad y sus gobernantes, para que sean responsables y defensores de los valores de sus ciudadanos. Oremos
Por todos aquellos más necesitados de ayuda, para que en medio de sus problemas y dificultades sientan la mano salvadora de Dios y nuestra solidaridad fraterna. Oremos.
Por nuestro mundo, amenazado de tantas formas y a tantos niveles, para que no pierda de vista el valor fundamental de su historia, que es Dios. Oremos.
Por nosotros, que sentimos el deseo y la inquietud de vivir nuestra fe, para que sepamos hacerlo en medio de todas las circunstancias, favorables o adversas. Oremos.
SACERDOTE: Dios de misericordia y de salvación, acoge estas intenciones que te hemos manifestado, para que siempre gocemos de tu providencia amorosa. Por Cristo nuestro Señor.
Monición de envío
Como los apóstoles, podemos encontrarnos ante circunstancias que amenazan nuestra fe y nuestros valores, vayamos a navegar sin miedo en la vida de esta semana sabiendo que Dios no duerme, que él esta pendiente de nosotros.
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