sábado, 25 de octubre de 2014

MONICIONES

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO – A MONICIÓN DE ENTRADA PAZ Y BIEN. FAVOR DE APAGAR SUS CELULARES “Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza”. Con estas palabras del salmo de esta Misa queremos inspirarnos espiritualmente para celebrar esta eucaristía, que sea la oportunidad de renovarnos en ese amor total e incondicional a Dios y al prójimo que nos recuerda el Evangelio y que lo hemos de saber encarnar en la vida de cada día. Nos disponemos a participar activamente uniéndonos al canto de entrada. MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA – Éxodo 22, 20-26 En palabras muy encarnadas en la vida de las relaciones humanas, el texto que vamos a escuchar nos ayuda a traducir el mandamiento del amor al prójimo a experiencias concretas de la vida real. Escuchemos. MONICIÓN AL SALMO – SALMO 17 En el salmo, vamos a proclamar un breve credo en Dios, que pone de relieve el por qué merece todo nuestro amor. MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA – I Tes 1, 5-10 San Pablo comenta laudatoriamente la conducta de los cristianos de Tesalónica, que han seguido sus ejemplos y sobre todo la enseñanza y vida de Jesús. MONICIÓN AL EVANGELIO – Mt 22, 34-40 Escuchemos con atención algo que es fundamental en nuestra experiencia religiosa cristiana, pero que siempre merece nuestra reflexión y toma de conciencia. PRECES DE LOS FIELES Sacerdote: Con la confianza que nos inspira el pensar en el amor que nos une con Dios, nuestro Padre, le expresamos nuestras necesidades. RESPUESTA: PADRE NUESTRO, ESCÚCHANOS: -Por la Iglesia y todos sus ministros, para que nos guíen con fidelidad a vivir siempre en el amor total e incondicional a Dios. Oremos. -Por todos los gobernantes de las naciones, para que sean fieles a su responsabilidad de administrar justicia y bienestar a sus ciudadanos. Oremos. -Por todos los que sufren en México y en otros países los efectos de la injusticia, de la violencia y del terrorismo. Oremos. -Por todos los miembros de nuestra comunidad parroquial, para que seamos coherentes con el amor que decimos profesar a Dios a través de una vida comprometida en el amor al prójimo. Oremos. Sacerdote: Dios de amor y de misericordia, acoge benignamente nuestras oraciones para que podamos vivir en paz y concordia, gozando siempre de su providencia y amor. Por Cristo N. Señor. Amén. MONICIÓN DE ENVÍO Después de renovar espiritualmente nuestras vidas en el amor a Dios y al prójimo, volvamos a nuestra vida con el deseo gozoso de ser testigos vivos de este amor.

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